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¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes? Ya no se pertenecen a sí mismos. (1º Carta a los Corintios 6, 19)
¿No saben que los que trabajan en el servicio sagrado son mantenidos por el Templo, y los que sirven al altar reciben su parte de lo que ha sido ofrecido sobre el altar? (1º Carta a los Corintios 9, 13)
Hermanos, todavía una recomendación más. Como ustedes saben, Estefanás y los suyos son los primeros que se convirtieron en Acaya, y se han puesto al servicio de los creyentes. (1º Carta a los Corintios 16, 15)
Este servicio será para ellos una prueba concreta: darán gracias a Dios porque ustedes son consecuentes con el evangelio de Cristo y saben compartir generosamente con ellos y con todos. (2º Carta a los Corintios 9, 13)
Ustedes han oído hablar de mi actuación anterior, cuando pertenecía a la comunidad judía, y saben con qué furor perseguía a la Iglesia de Dios y trataba de arrasarla. (Carta a los Gálatas 1, 13)
Pero Timoteo, como saben, ha dado pruebas, y como un hijo al lado de su padre, ha estado conmigo al servicio del Evangelio. (Carta a los Filipenses 2, 22)
Filipenses, ustedes saben que en los principios de la evangelización, cuando me alejé de Macedonia, ninguna Iglesia me abrió una cuenta de gastos e ingresos excepto ustedes; (Carta a los Filipenses 4, 15)
Bien saben que el Señor los recompensará dándoles la herencia prometida. Su señor es Cristo y están a su servicio. (Carta a los Colosenses 3, 24)
Bien saben, hermanos, que esa visita nuestra no fue en vano. (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 1)
Nunca los halagamos con palabras bonitas, como ustedes saben; ni tampoco buscamos dinero, y esto lo sabe Dios. (1º Carta a los Tesalonicenses 2, 5)
para que nadie se dejara conmover por las pruebas que ahora soportan. Saben que ése es nuestro destino. (1º Carta a los Tesalonicenses 3, 3)
Cuando estábamos con ustedes ya se lo decíamos: tendremos que enfrentar la persecución. Y sucedió, como bien saben. (1º Carta a los Tesalonicenses 3, 4)
