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  • Tan pronto los hijos de Israel se sintieron más fuertes, subyugaron a los cananeos, y los hicieron tributarios suyos; mas no los mataron. (Josué 17, 13)

  • Si ustedes rompen la alianza que Yavé, nuestro Dios, les ha prescrito; si siguen y sirven a dioses ajenos; si se inclinan ante ellos, el furor de Yavé se levantará contra ustedes y desaparecerán pronto de esta tierra fértil que les ha entregado.» (Josué 23, 16)

  • Pero ni aun a esos «jueces» obedecían, sino que se prostituían a otros dioses y los adoraban. Pronto se desviaron del camino de sus padres, que obedecieron los mandamientos de Yavé: ellos no hicieron así. (Jueces 2, 17)

  • Así, pues, Yavé dejó subsistir esas naciones y no les quitó tan pronto el territorio; por eso no los había entregado en manos de Josué. (Jueces 2, 23)

  • En cuanto entren a la ciudad, búsquenlo pronto antes que suba al santuario, pues hoy habrá allí un banquete sagrado y todo el mundo lo está esperando para que bendiga el sacrificio y luego puedan sentarse a la mesa los invitados. Vayan en seguida y al momento lo encontrarán.» (1 Samuel 9, 13)

  • Y siguió gritando: «Pronto, apúrate, no te detengas.» El joven tomó la flecha y volvió donde su señor. (1 Samuel 20, 38)

  • «Muy pronto me voy a ir por el camino de todos. Para ti ha llegado el momento de ser firme y de portarte como hombre. (1 Reyes 2, 2)

  • Tú no desobedezcas las órdenes de tu señor, sino realízalas pronto como te lo he mandado.» (Judit 2, 13)

  • Pronto sabrán todas las mujeres lo que hizo la reina y van a hacer también lo mismo con sus maridos, pues se dirán: «¿Para qué vamos a respetar a nuestros maridos si la reina Vasti no quiso obedecerle al mismo rey Asuero cuando la mandó llamar?» (Ester 1, 17)

  • Yo he visto al insensato echar raíces, de pronto se derribó su casa: «¡Que a sus hijos nadie los socorra! (Job 5, 3)

  • ¿No puedes soportar mi falta y hacer la vista gorda ante mi pecado? Porque pronto me voy a acostar en el polvo, y cuando me busques, ya no existiré.» (Job 7, 21)

  • Aún en su verdor, antes de que lo corten, se seca más pronto que cualquier hierba. (Job 8, 12)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina