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  • Estos alimentos, bebidas y diferentes clases de purificación por el agua son ritos de hombres, y solamente valen hasta el tiempo de la reforma.Cristo entró llevando su propia sangre (Carta a los Hebreos 9, 10)

  • Cristo vino como el sumo sacerdote que nos consigue los nuevos dones de Dios, y entró en un santuario más noble y más perfecto, no hecho por hombres, es decir, que no es algo creado. (Carta a los Hebreos 9, 11)

  • pero con toda seguridad la sangre de Cristo, que se ofreció a Dios por el Espíritu eterno como víctima sin mancha, purificará nuestra conciencia de las obras de muerte, para que sirvamos al Dios vivo. (Carta a los Hebreos 9, 14)

  • Por eso Cristo es el mediador de un nuevo testamento o alianza. Por su muerte fueron redimidas las faltas cometidas bajo el régimen de la primera alianza, y desde entonces la promesa se cumple en los que Dios llame para la herencia eterna. (Carta a los Hebreos 9, 15)

  • Pues ahora no se trata de un santuario hecho por hombres, figura del santuario auténtico, sino que Cristo entró en el propio cielo, donde está ahora ante Dios en favor nuestro. (Carta a los Hebreos 9, 24)

  • de la misma manera Cristo se sacrificó una sola vez para quitar los pecados de una multitud. La segunda vez se manifestará a todos aquellos que lo esperan como a su salvador, pero ya no será por causa del pecado. (Carta a los Hebreos 9, 28)

  • Por eso, al entrar Cristo en el mundo dice: Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas, sino que me formaste un cuerpo. (Carta a los Hebreos 10, 5)

  • Esta voluntad de Dios, de que habla, es que seamos santificados por la ofrenda única del cuerpo de Cristo Jesús. (Carta a los Hebreos 10, 10)

  • Cristo, por el contrario, ofreció por los pecados un único y definitivo sacrificio y se sentó a la derecha de Dios, (Carta a los Hebreos 10, 12)

  • Se fijó en que Dios retribuiría a cada uno, y consideró que ser humillado con Cristo tenía más valor que todas las riquezas de Egipto. (Carta a los Hebreos 11, 26)

  • Cristo Jesús permanece hoy como ayer y por la eternidad. (Carta a los Hebreos 13, 8)

  • Por eso mismo también Jesús salió de la ciudad santa para sufrir su pasión y purificar al pueblo con su propia sangre. (Carta a los Hebreos 13, 12)


“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina