Fundar 25 Resultados para: opresión

  • Entonces, la carga se caerá de tu espalda, su yugo dejará de pesar en tu cuello, y la abundancia reemplazará la opresión.. (Isaías 10, 27)

  • Dales hospedaje a los fugitivos de Moab, ofréceles un asilo frente al saqueador.» (Cuando se termine la opresión, y se hayan alejado los que aplastan al país.» (Isaías 16, 4)

  • Yavé, en la angustia te buscábamos; vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba. (Isaías 26, 16)

  • Sí, lo asegura Yavé, mi pueblo bajó, primero, a Egipto para instalarse allí, y después cayó bajo la violenta opresión de Asur. (Isaías 52, 4)

  • Te mantendrás firme por la justicia y no tendrás que temer la opresión; el terror no se te acercará. (Isaías 54, 14)

  • En vez de bronce, traeré oro; en vez de hierro, plata; en vez de madera, bronce, y en vez de piedra, hierro. Como gobernantes te pondré la paz, y en vez de opresión, la justicia. (Isaías 60, 17)

  • Pues así habla Yavé, el Dios de los Ejércitos: «Corten árboles y construyan un terraplén frente a Jerusalén, porque es una ciudad mentirosa y en ella no hay más que opresión. (Jeremías 6, 6)

  • Pero nada ves o conoces sino tu propio interés; y esto, derramando sangre, y manteniendo la opresión y la violencia.» (Jeremías 22, 17)

  • No decidirán, ciertamente, los pleitos ni librarán de la opresión al que sufre injusticias, porque nada pueden; (Baruc 6, 53)

  • Esto dice Yavé: ¡Se han pasado de la raya, príncipes de Israel! Detengan la opresión y la violencia, practiquen el derecho y la justicia. Pongan fin a sus abusos con mi pueblo -palabra de Yavé. (Ezequiel 45, 9)

  • ¿Hasta cuándo, Yavé, te pediré socorro sin que tú me hagas caso, y te recordaré la opresión sin que tú salves? (Habacuc 1, 2)

  • ¿Por qué me obligas a ver la injusticia? ¿Acaso tus ojos soportan la opresión? Sólo observo robos y atropello y no hay más que querellas y altercados. (Habacuc 1, 3)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina