Fundar 31 Resultados para: octavo

  • El día octavo, Gamaliel, hijo de Pedasur, de la tribu de Manasés, hizo su ofrenda. (Números 7, 54)

  • El día octavo será para ustedes de reunión solemne; no harán ningún trabajo de trabajador. (Números 29, 35)

  • y el año once, en el mes de Bul, que es el mes octavo, fue terminada en todas sus partes, conforme a todos los planos. La construcción había demorado siete años. (1 Reyes 6, 38)

  • El día octavo despidió al pueblo. Bendijeron al rey y se fueron a sus casas, alegres y contentos por todo el bien que Yavé había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel. (1 Reyes 8, 66)

  • También decretó una fiesta que se celebraba el quince del octavo mes, semejante a la que se celebraba en Judá, y en esta ocasión él mismo subió al altar. Esto ocurrió en Betel, donde ofreció sacrificios a los terneros, y estableció sacerdotes para los santuarios de las lomas que había levantado. (1 Reyes 12, 32)

  • Era el octavo año del reinado de Nabucodonosor. Este los detuvo y se llevó los tesoros de la Casa de Yavé y de la casa del rey. Además destruyó todos los objetos de oro que había hecho Salomón, rey de Israel, para el altar de Yavé. Así se cumplió la palabra que Yavé había dicho. (2 Reyes 24, 13)

  • Yojanán, el octavo; Elzabad, el noveno; (1 Crónicas 12, 13)

  • Amiel, el sexto; Isacar, el séptimo; Peualty, el octavo; pues Yavé le había bendecido. (1 Crónicas 26, 5)

  • El octavo jefe, para el octavo mes, era Sobcaí de Husat, de la familia de Zarají. Su sección era de veinticuatro mil hombres. (1 Crónicas 27, 11)

  • El día octavo finalizó la fiesta, pues habían celebrado la fiesta de la inauguración del altar durante siete días. (2 Crónicas 7, 9)

  • Comenzaron la consagración el día primero del primer mes, y el día octavo del mes entraron al Vestíbulo de Yavé. Pasaron dieciocho días consagrando la Casa de Yavé. Y terminaron el día dieciséis del mes primero. (2 Crónicas 29, 17)

  • El año octavo de su reinado, siendo todavía joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el año doce comenzó a purificar a Judá y Jerusalén de los santuarios altos, de los troncos sagrados, de las estatuas y de los ídolos fundidos. (2 Crónicas 34, 3)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina