Fundar 199 Resultados para: monte tabor

  • Así, pues, hagan una copia de este decreto y entréguensela a Jonatán para que se deposite en el Monte Santo en un determinado lugar.» (1 Macabeos 11, 37)

  • Pues tanto él como sus hermanos y la familia de sus padres han animado la resistencia, han combatido a los enemigos de Israel y le han devuelto la libertad. Grabaron el texto en tablas de bronce y lo colgaron en las columnas del monte Sión. (1 Macabeos 14, 26)

  • Mandó después a otros para que se apoderaran de Jerusalén y del monte del Templo. (1 Macabeos 16, 20)

  • Además, debían profanar el templo de Jerusalén, dedicándolo a Dios Olímpico. De igual manera debían dedicar el templo del monte Garizín a Dios Hospitalario, conforme a los deseos de los habitantes del lugar. (2 Macabeos 6, 2)

  • Cuando se ha cortado la hierba y aparecen los brotes, amontona el pasto en el monte; (Proverbios 27, 25)

  • Antes de que sople la brisa del día, y se vayan las sombras, me iré al monte de la mirra, al cerro del incienso. (Cantar 4, 6)

  • Tu escuchaste en el monte Sinaí una sentencia, conociste en el Horeb el castigo decretado por Dios. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 7)

  • Yo y los hijos que Yavé me ha dado, somos para Israel como señales y anuncios que puso Yavé de los Ejércitos, que habita en el monte de Sión. (Isaías 8, 18)

  • «Desde Sela que está en el desierto, lléven corderos al monte de la hija de Sión al soberano del país.» (Isaías 16, 1)

  • Sí, como en el monte Perasim, Yavé se levantará, o como en el valle de Gabaón, se despertará para realizar su obra, obra rara, para hacer su trabajo, trabajo misterioso. (Isaías 28, 21)

  • Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte de Sión un grupo de salvados. (Isaías 37, 32)

  • Estas son las palabras de Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: «Usarán nuevamente esta expresión en Judá y en sus ciudades, cuando yo haya mejorado su suerte: ¡Que Yavé te bendiga, oh morada de Justicia, monte santo! (Jeremías 31, 23)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina