Fundar 106 Resultados para: lengua

  • Jesús lo apartó de la gente, le metió los dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua. (Evangelio según San Marcos 7, 33)

  • Al instante se le abrieron los oídos, le desapareció el defecto de la lengua y comenzó a hablar correctamente. (Evangelio según San Marcos 7, 35)

  • En ese mismo instante se le soltó la lengua y comenzó a alabar a Dios. (Evangelio según San Lucas 1, 64)

  • Entonces gritó: «Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas.» (Evangelio según San Lucas 16, 24)

  • Este hecho fue conocido por todos los habitantes de Jerusalén, que llamaron a aquel campo, en su lengua, Hakeldamá, que significa: Campo de Sangre -. (Hecho de los Apóstoles 1, 19)

  • Y entre el gentío que acudió al oír aquel ruido, cada uno los oía hablar en su propia lengua. Todos quedaron muy desconcertados (Hecho de los Apóstoles 2, 6)

  • Cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa. (Hecho de los Apóstoles 2, 8)

  • Al ver la gente lo que Pablo había hecho, comenzó a gritar en la lengua de Licaonia: «¡Los dioses han venido a nosotros en forma de hombres!» (Hecho de los Apóstoles 14, 11)

  • El comandante se lo permitió. Entonces Pablo, de pie en la escalinata, hizo un gesto con la mano y se produjo un gran silencio. Después empezó a hablar al pueblo en lengua hebrea. (Hecho de los Apóstoles 21, 40)

  • Su garganta es un sepulcro abierto, y con su lengua urden engaños. (Carta a los Romanos 3, 13)

  • Está escrito: Juro por mí mismo, palabra del Señor, que toda rodilla se doblará ante mí, y toda lengua confesará la verdad ante Dios. (Carta a los Romanos 14, 11)

  • El que habla en alguna lengua, pida a Dios que también la pueda interpretar. (1º Carta a los Corintios 14, 13)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina