Fundar 336 Resultados para: justicia divina

  • Piensen que el Reino de Dios no es cuestión de comida o bebida, sino de justicia, de paz y alegría en el Espíritu Santo. (Carta a los Romanos 14, 17)

  • Enseñamos el misterio de la sabiduría divina, el plan secreto que estableció Dios desde el principio para llevarnos a la gloria. (1º Carta a los Corintios 2, 7)

  • Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometió pecado, para que así nosotros participáramos en él de la justicia y perfección de Dios. (2º Carta a los Corintios 5, 21)

  • con las palabras de verdad y con la fuerza de Dios, con las armas de la justicia, tanto para atacar como para defendernos. (2º Carta a los Corintios 6, 7)

  • No se junten con los que rechazan la fe: es cosa absurda. ¿Podrían unirse la justicia y la maldad? ¿Podrían convivir la luz y las tinieblas? (2º Carta a los Corintios 6, 14)

  • Aquella tristeza era según Dios, y miren lo que ha producido en ustedes: ¡qué preocupación tan grande por mí y cuántas disculpas!, ¡qué indignación, temor, exigencias, y qué deseo de desagraviarme y hacerme justicia! En todo han demostrado que eran inocentes en este asunto. (2º Carta a los Corintios 7, 11)

  • ¿Acaso la Ley contradice las promesas de Dios? En absoluto. Si se hubiera dado una ley capaz de darnos vida, nuestro paso a la verdadera justicia podría resultar de esa Ley. (Carta a los Gálatas 3, 21)

  • Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad. (Carta a los Efesios 4, 24)

  • con bondad, con justicia y según la verdad, pues ésos son los frutos de la luz. (Carta a los Efesios 5, 9)

  • Tomen la verdad como cinturón, la justicia como coraza; (Carta a los Efesios 6, 14)

  • El, siendo de condición divina, no se apegó a su igualdad con Dios, sino que se redujo a nada, (Carta a los Filipenses 2, 6)

  • Cuando se dé la señal por la voz del arcángel y la trompeta divina, el mismo Señor bajará del cielo. Y primero resucitarán los que murieron en Cristo. (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 16)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina