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Después de limpiarla de toda impureza, instaló gente observante de la Ley, la fortificó y se construyó allí una casa. (1 Macabeos 13, 48)
La pasión que quema como un fuego ardiente no se apagará antes de ser satisfecha. El hombre que comete la impureza en su cuerpo no se detendrá hasta que ese fuego lo devore. Para el hombre impúdico cualquier satisfacción es buena, no se calmará hasta que muera. (Sirácides (Eclesiástico) 23, 17)
Su impureza manchaba su vestido, pero no pensaba que tendría este fin. ¡Se hundió profundamente! ¡Nadie la consuela! ¡Mira, oh Yavé, mi dolor, ¡cómo se pone orgulloso el enemigo! (Lamentaciones 1, 9)
Te dispersaré entre las naciones, te arrojaré en medio de los pueblos, haré que desaparezca de ti tu impureza. (Ezequiel 22, 15)
"Hijo de hombre, cuando Israel vivía en su tierra, la volvió impura con su conducta y sus acciones; su conducta era a mis ojos como la impureza de la mujer. (Ezequiel 36, 17)
¡Acusen a su madre, acúsenla, porque ella ya no es mi esposa ni yo soy su marido! Que se limpie de la infidelidad grabada en su rostro y tire afuera la impureza que se apegó a sus pechos. (Oseas 2, 4)
Por eso Dios los abandonó a sus pasiones secretas; se entregaron a la impureza y deshonraron sus propios cuerpos. (Carta a los Romanos 1, 24)
Ven que uso figuras muy humanas, pues tal vez les cueste entender. Hubo un tiempo en que llevaron una vida desordenada e hicieron de sus cuerpos los esclavos de la impureza y del desorden; conviértanlos ahora en servidores de la justicia verdadera, para llegar a ser santos. (Carta a los Romanos 6, 19)
Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es «terrenal», es decir, libertinaje, impureza, pasión desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los ídolos. (Carta a los Colosenses 3, 5)
Pues Dios no nos llamó a vivir en la impureza, sino en la santidad. (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 7)
Por eso, rechacen la impureza y los excesos del mal y reciban con sencillez la palabra sembrada en ustedes, que tiene poder para salvarlos. (Carta de Santiago 1, 21)
