Fundar 353 Resultados para: guerra santa

  • Estas salieron de las sepulturas después de la resurrección de Jesús, fueron a la Ciudad Santa y se aparecieron a mucha gente. (Evangelio según San Mateo 27, 53)

  • Cuando oigan hablar de guerras y de rumores de guerra, no se alarmen, porque eso tiene que pasar, pero todavía no será el fin. (Evangelio según San Marcos 13, 7)

  • que nos mostraría el amor que tiene a nuestros padres y cómo recuerda su santa alianza. (Evangelio según San Lucas 1, 72)

  • Pero el Señor le dijo: «Quítate las sandalias, porque el lugar que estás pisando es tierra santa. (Hecho de los Apóstoles 7, 33)

  • Si se entregan a alguien como esclavos, pasan a ser sus esclavos y obedecen sus órdenes, ¿no es así? Si ese dueño es el pecado, irán a la muerte, mientras que obedeciendo a la fe, alcanzarán una vida santa. (Carta a los Romanos 6, 16)

  • Pero la Ley es santa, y también es santo, justo y bueno el precepto. (Carta a los Romanos 7, 12)

  • Cuando se consagran a Dios las primicias, queda todo bendecido. Si la raíz es santa, lo serán también las ramas. (Carta a los Romanos 11, 16)

  • ¿Qué soldado va a la guerra a sus propias expensas? ¿Quién planta una viña y no come de sus frutos? ¿Quién cuida ovejas y no se alimenta con la leche del rebaño? (1º Carta a los Corintios 9, 7)

  • Y después de bañarla en el agua y la Palabra para purificarla, la hizo santa, (Carta a los Efesios 5, 26)

  • pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada. (Carta a los Efesios 5, 27)

  • El nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad, (2º Carta a Timoteo 1, 9)

  • Sólo me queda recibir la corona de toda vida santa con la que me premiará aquel día el Señor, juez justo; y conmigo la recibirán todos los que anhelaron su venida gloriosa. (2º Carta a Timoteo 4, 8)


A humildade e a caridade são as “cordas mestras”. Todas as outras virtudes dependem delas. Uma é a mais baixa; a outra é a mais alta. ( P.e Pio ) São Padre Pio de Pietrelcina