Fundar 353 Resultados para: guerra santa

  • No sé cómo, de repente se me oocurrió: encabecé los carros de guerra de mi pueblo. (Cantar 6, 12)

  • Hagamos la guerra al que nos reprende porque violamos la Ley; nos recuerda cómo fuimos educados y nos echa en cara nuestra conducta. (Sabiduría 2, 12)

  • de tal manera que no conocen los secretos de Dios. No esperan la recompensa de una vida santa, ni creen que las almas puras tendrán su paga. (Sabiduría 2, 22)

  • Me has dicho que te construya un templo en la montaña santa, un altar en la ciudad donde habitas, a semejanza de esa Tienda celestial que habías preparado para ti desde el principio. (Sabiduría 9, 8)

  • Así pasó con los antiguos habitantes de tu Tierra Santa: (Sabiduría 12, 3)

  • Los impíos pensaban someter bajo su poder a la nación santa: pero se encontraron cautivos, prisioneros de una larga noche, encerrados bajo sus propios techos, desterrados lejos de tu infalible protección. (Sabiduría 17, 2)

  • Celebro en su presencia la liturgia de su Santa Morada, y es por eso que me establecí en Sión. (Sirácides (Eclesiástico) 24, 10)

  • Ten compasión de la ciudad santa, Jerusalén, del lugar de tu descanso. (Sirácides (Eclesiástico) 36, 12)

  • No consultes jamás a una mujer sobre su rival; a un cobarde a propósito de la guerra; a un negociante sobre una tasa de interés; a un comprador si vendes algo; a un envidioso si se trata de un agradecimiento; a un flojo sobre algo que hay que hacer; a un jornalero por el fin de su trabajo; a un sirviente holgazán por un trabajo pesado. (Sirácides (Eclesiástico) 37, 11)

  • ¡Qué valiente en la guerra era ese Josué, hijo de Nun, que reemplazó a Moisés como profeta! Como lo dice su nombre, fue grandioso cuando se trataba de librar a los elegidos de Dios. Se vengó de los enemigos que lo atacaban e instaló a Israel en su territorio. (Sirácides (Eclesiástico) 46, 1)

  • Por eso fueron los dos únicos que sobrevivieron entre seicientos mil hombres de guerra: el Señor los introdujo en su heredad, en la tierra en que corren la leche y la miel. (Sirácides (Eclesiástico) 46, 8)

  • Samuel fue amado del Señor. Como profeta del Señor estableció la realeza y dio la unción santa a los jefes de su pueblo. (Sirácides (Eclesiástico) 46, 13)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina