Fundar 314 Resultados para: familia bíblica

  • Entre los jefes de familia entregaron al tesoro de la obra 20.000 monedas de oro y 2.000 minas de plata. (Nehemías 7, 70)

  • Al segundo día, los jefes de familia, los sacerdotes y levitas se reunieron junto al maestro de la Ley, Esdras, para enterarse de la Ley. (Nehemías 8, 13)

  • Entre sacerdotes, levitas y gente del pueblo hemos echado a suertes la ofrenda de leña que cada familia por turno debe traer cada año a la Casa de Yavé, para mantener el fuego en el altar de Yavé, nuestro Dios, según está escrito en la Ley. (Nehemías 10, 35)

  • Estos son los jefes de la provincia que se quedaron viviendo en Jerusalén. Respecto a las ciudades de Judea, cada uno se estableció en su propiedad, en la ciudad de su familia, tanto el pueblo de Israel como sus sacerdotes y levitas, los ayudantes y los hijos de los siervos de Salomón. (Nehemías 11, 3)

  • y sus hermanos, jefes de la familia: 242 en total; y Amasay, hijo de Azarel, hijo de Ajzay, hijo de Mesilemot, hijo de Immer, (Nehemías 11, 13)

  • En los tiempos de Yoyaquim, los sacerdotes jefes de familia eran: de la familia de Seraías: Meraías; de la familia de Jeremías: Janaquías; (Nehemías 12, 12)

  • de la familia de Ezra: Mesulam; de la de Amarías: Johanan; (Nehemías 12, 13)

  • Los hijos de Leví, jefes de familia, fueron registrados en el Libro de las Crónicas, hasta el tiempo de Yojanán, nieto de Elyasib. (Nehemías 12, 23)

  • Siendo aún joven y estando en Israel, mi país, toda la tribu de mi padre Neftalí se separó de la familia de David y de Jerusalén, ciudad que fue elegida entre todas las tribus de Israel para que se ofrecieran los sacrificios, ya que allí se había edificado y consagrado el Templo en el que habita Dios. (Tobías 1, 4)

  • Todos mis hermanos y la familia de mi padre Neftalí ofrecían sacrificios al becerro que Jeroboam, rey de Israel, había Tobantado en Dan, sobre los montes de Galilea. (Tobías 1, 5)

  • Siendo mayor de edad, me casé con una joven de nuestra familia llamada Ana, de la que tuve un hijo al que llamé Tobías. Cuando fuimos desterrados a Nínive, (Tobías 1, 9)

  • Tobías contó a su padre que había encontrado a un hermano israelita, y el padre le contestó: «Llámalo para saber a qué familia y tribu pertenece; y si es digno de confianza, para que te acompañe.» Tobías llamó al joven (Tobías 5, 9)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina