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  • mientras a ti misma una espada te atravesará el alma. Por este medio, sin embargo, saldrán a la luz los pensamientos íntimos de los hombres.» (Evangelio según San Lucas 2, 35)

  • Sin embargo Elías no fue enviado a ninguna de ellas, sino a una mujer de Sarepta, en tierras de Sidón. (Evangelio según San Lucas 4, 26)

  • Yo les digo que entre los hijos de mujer no hay ninguno más grande que Juan Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más que él. (Evangelio según San Lucas 7, 28)

  • Sin embargo, los hijos de la Sabiduría la reconocen en su manera de actuar.» (Evangelio según San Lucas 7, 35)

  • Sin embargo, alégrense no porque los demonios se someten a ustedes, sino más bien porque sus nombres están escritos en los cielos.» (Evangelio según San Lucas 10, 20)

  • Aprendan de los cuervos: no siembran ni cosechan, no tienen bodegas ni graneros, y sin embargo Dios los alimenta. ¡Y ustedes valen mucho más que las aves! (Evangelio según San Lucas 12, 24)

  • Porque ¿quién es más importante: el que está a la mesa o el que está sirviendo? El que está sentado, por supuesto. Y sin embargo yo estoy entre ustedes como el que sirve. (Evangelio según San Lucas 22, 27)

  • Desde ahora, sin embargo, el Hijo del Hombre estará sentado a la derecha del Dios Poderoso.» (Evangelio según San Lucas 22, 69)

  • Pedro, sin embargo, se levantó y fue corriendo al sepulcro; se agachó y no vio más que los lienzos. Así que volvió a casa preguntándose lo que había pasado. (Evangelio según San Lucas 24, 12)

  • Sin embargo, nadie ha subido al Cielo sino sólo el que ha bajado del Cielo, el Hijo del Hombre. (Evangelio según San Juan 3, 13)

  • Sin embargo los galileos lo recibieron muy bien al llegar, porque habían visto todo lo que Jesús había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues ellos también habían ido a la fiesta. (Evangelio según San Juan 4, 45)

  • Sin embargo ustedes no quieren venir a mí para tener vida. (Evangelio según San Juan 5, 40)


“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina