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  • Mientras dure la tierra, habrá siembra y cosecha, pues nunca cesarán ni el frío ni el calor, ni el verano ni el invierno ni los días ni las noches.» (Génesis 8, 22)

  • En adelante y para siempre, todo varón entre ustedes deberá ser circuncidado a los ocho días después de su nacimiento, tanto el nacido en tu casa, como el extranjero que haya sido comprado como esclavo. (Génesis 17, 12)

  • Lo circuncidó a los ocho días, conforme a lo que Dios le había ordenado. (Génesis 21, 4)

  • Entonces el hermano y la madre de Rebeca contestaron: «Que la joven se quede todavía algunos días más con nosotros y después se irá.» (Génesis 24, 55)

  • Esaú le tomó odio a Jacob, a causa de la bendición que le había dado su padre, y se decía: «Se acercan ya los días de luto por mi padre, y entonces mataré a mi hermano Jacob.» (Génesis 27, 41)

  • Jacob trabajó siete años por Raquel, pero la amaba tanto, que los años le parecieron días. (Génesis 29, 20)

  • y los mandó lejos de Jacob, a una distancia de tres días. Y Jacob se quedó cuidando el resto del rebaño de Labán. (Génesis 30, 36)

  • Se hizo acompañar por los de su tribu y, durante siete días, lo persiguió, hasta que lo alcanzó en la montaña de Galaad. (Génesis 31, 23)

  • Jacob desgarró sus vestidos, se vistió con un sayal, e hizo duelo por su hijo durante muchos días. (Génesis 37, 34)

  • José le dijo: «Esto es lo que quiere decir tu sueño. Los tres sarmientos significan tres días. (Génesis 40, 12)

  • Dentro de tres días Faraón te pondrá la cabeza en alto, pues te restablecerá en tu oficio, y volverás a colocar la copa en manos de Faraón, como lo hacías antes, cuando eras jefe de los que preparaban su bebida. (Génesis 40, 13)

  • Respondió José: «Este es el significado. Los tres canastos son tres días. (Génesis 40, 18)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina