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  • pero ella esperará treinta y tres días para ser purificada de su sangre. No tocará ninguna cosa santa, ni entrará en el santuario, hasta que se cumplan los días de su purificación. (Levítico 12, 4)

  • Luego sacrificará el cordero en el lugar donde se sacrifica el sacrificio por el pecado y el holocausto, en lugar puro; porque la víctima por el pecado, tanto como la víctima por el delito, pertenece al sacerdote: es una cosa muy santa. (Levítico 14, 13)

  • No te acostarás con un hombre como se hace con una mujer: esto es una cosa abominable. (Levítico 18, 22)

  • No te acostarás con un animal: la mancha te quedaría. Tampoco la mujer se dejará cubrir por un animal: esto es una cosa abominable. (Levítico 18, 23)

  • Es una cosa muy fea comerla el día tercero: la víctima deja de ser grata. (Levítico 19, 7)

  • El sacerdote los ofrecerá como ofrenda mecida ante Yavé junto con el pan de las primicias y los dos corderos; serán cosa consagrada a Yavé y pertenecerán al sacerdote. (Levítico 23, 20)

  • Estas son las solemnidades de Yavé en que ustedes convocarán a una reunión sagrada para ofrecer a Yavé sacrificios por el fuego, holocaustos y ofrendas, víctimas y libaciones, cada cosa en su día. Además están los sábados de Yavé; (Levítico 23, 37)

  • Estos panes serán para Aarón y sus hijos, que los comerán en lugar sagrado. Y los tendrán por cosa muy santa entre todos los sacrificio por el fuego para Yavé. Es una ley para siempre. (Levítico 24, 9)

  • Si has ofrecido un animal a Yavé, le ha sido regalado y es cosa consagrada: (Levítico 27, 9)

  • no se le cambiará. No se reemplazará bueno por malo o malo por bueno. Si se reemplaza uno por otro, uno y otro serán cosa sagrada. (Levítico 27, 10)

  • Si uno consagra su casa como cosa santa a Yavé, el sacerdote le pondrá precio. Según lo que él diga, así será. (Levítico 27, 14)

  • el sacerdote calculará el precio hasta el año del jubileo, y el otro pagará ese mismo día el valor indicado: este dinero es cosa consagrada a Yavé. (Levítico 27, 23)


“A meditação não é um meio para chegar a Deus, mas um fim. A finalidade da meditação é o amor a Deus e ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina