Fundar 288 Resultados para: buenas obras

  • No se dejen engañar: las doctrinas malas corrompen las buenas conductas. (1º Carta a los Corintios 15, 33)

  • Pues todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo, para recibir cada uno lo que ha merecido en la vida presente por sus obras buenas o malas. (2º Carta a los Corintios 5, 10)

  • no es mucho que sus servidores se disfracen también de servidores del bien. Pero su fin será el que se merecen sus obras. (2º Carta a los Corintios 11, 15)

  • Que cada uno examine sus propias obras y, si siente algún orgullo por ellas, que lo guarde para sí y no lo haga pesar sobre los demás. (Carta a los Gálatas 6, 4)

  • tampoco lo merecieron por sus obras, de manera que nadie tiene por qué sentirse orgulloso. (Carta a los Efesios 2, 9)

  • Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados en Cristo Jesús con miras a las buenas obras que Dios dispuso de antemano para que nos ocupáramos en ellas. (Carta a los Efesios 2, 10)

  • Así prepara a los suyos para las obras del ministerio en vista a la construcción del cuerpo de Cristo; (Carta a los Efesios 4, 12)

  • No tomen parte en las obras de las tinieblas, donde no hay nada que cosechar; al contrario, denúncienlas. (Carta a los Efesios 5, 11)

  • Que lleven una vida digna del Señor y de su total agrado, produciendo frutos en toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios. (Carta a los Colosenses 1, 10)

  • Ustedes mismos en otro tiempo se quedaron aparte, y con sus obras malas actuaron como rebeldes. (Carta a los Colosenses 1, 21)

  • Mas ahora Timoteo acaba de volver y nos trae buenas noticias de su fe y su caridad. Nos dice que conservan siempre buen recuerdo de nosotros y que tienen tantas ganas de vernos como nosotros a ustedes. (1º Carta a los Tesalonicenses 3, 6)

  • Si una mujer ha recibido una formación realmente religiosa, las buenas obras han de ser sus adornos. (1º Carta a Timoteo 2, 10)


“Se quisermos colher é necessário não só semear, mas espalhar as sementes num bom campo. Quando as sementes se tornarem plantas, devemos cuidá-las para que as novas plantas não sejam sufocadas pelas ervas daninhas.” São Padre Pio de Pietrelcina