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  • Un mensajero mentiroso prepara una desgracia, un mensajero fiel da la ayuda. (Proverbios 13, 17)

  • Pensé además en todos los abusos que se cometen bajo el sol. Vi las lágrimas de los oprimidos, y no hay nadie que los consuele; sufren la violencia de sus opresores, y no hay nadie que venga en su ayuda. (Eclesiastés (Qohelet) 4, 1)

  • Tener miedo es simplemente renunciar a la ayuda de la razón; mientras menos se cuenta con esa ayuda interior, más aumenta la causa desconocida de sus sufrimientos. (Sabiduría 17, 11)

  • Da al hombre bueno, pero no vayas en ayuda del pecador. (Sirácides (Eclesiástico) 12, 7)

  • Si te azota la desgracia, lo verás ante ti: hará como que te ayuda, pero será sólo para librarse de ti. (Sirácides (Eclesiástico) 12, 17)

  • El que sabe de compasión presta a su prójimo, el que acude en su ayuda observa los mandamientos. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 1)

  • Acude en ayuda de tu prójimo en la medida de tus posibilidades, pero trata de no caerte. (Sirácides (Eclesiástico) 29, 20)

  • La mirada del Señor está puesta sobre los que lo aman, es una poderosa protección, un apoyo resistente, un refugio contra el viento ardiente y el sol del mediodía, un sostén contra las caídas, una ayuda en el momento de caer. (Sirácides (Eclesiástico) 34, 16)

  • El que tomó una esposa comenzó a enriquecerse; tiene una ayuda semejante a él, una columna donde apoyarse. (Sirácides (Eclesiástico) 36, 24)

  • La riqueza y la fuerza te dan ánimo, pero más que ambos el temor del Señor. Con el temor del Señor nada falta, no hay que buscar ayuda en otra parte. (Sirácides (Eclesiástico) 40, 26)

  • Aquel día el resto de Israel y los sobrevivientes de la familia de Jacob ya no le pedirán ayuda al que les pega, sino que le pedirán ayuda a Yavé, el Santo de Israel, y serán sinceros con él. (Isaías 10, 20)

  • Tú has sido un refugio para el despreciado, una ayuda para el pobre en su miseria; te hicise abrigo contra la lluvia, y sombra para el calor. El aliento de los tiranos es como la lluvia helada (Isaías 25, 4)


“Que Maria seja toda a razão da sua existência e o guie ao porto seguro da eterna salvação. Que Ela lhe sirva de doce modelo e inspiração na virtude da santa humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina