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  • Pero algunos de los sitiados lograron romper el bloqueo y, junto con renegados israelitas, (1 Macabeos 6, 21)

  • El año ciento cincuenta y uno, Demetrio, hijo de Seleuco, huyó de Roma. Embarcó con algunos hombres en dirección a un puerto del reino donde llegó y se proclamó rey. (1 Macabeos 7, 1)

  • Báquides partió de Jerusalén y acampó en Bezeta. Desde allí, mandó a arrestar a varios notables que se habían pasado a él igual que algunos del pueblo, los hizo degollar y los arrojó a un pozo profundo. (1 Macabeos 7, 19)

  • Después de estos acontecimientos, subió Nicanor al monte Sión y algunos sacerdotes salieron del Templo para saludarlo amistosamente y mostrarle el sacrificio que ofrecían por el rey. (1 Macabeos 7, 33)

  • Sólo en Betsur quedaron algunos de los renegados de la Ley y los preceptos, pues éste era como un lugar de refugio. (1 Macabeos 10, 14)

  • Una parte de ellos serán mantenidos en guarnición en las fortalezas del rey, y se concederá a algunos de ellos los puestos de confianza del rey; sus jefes serán elegidos entre ellos mismos y vivirán según sus leyes, como lo ha dispuesto el rey para la tierra de Judea. (1 Macabeos 10, 37)

  • Algunos hombres renegados, la peste de Israel, se presentaron juntos para acusarlo, pero el rey no les hizo caso. (1 Macabeos 10, 61)

  • Entonces algunos malvados, traidores a su pueblo, le avisaron al rey. (1 Macabeos 11, 21)

  • Algunos traidores lo acusaron. (1 Macabeos 11, 25)

  • Jonatán comprendió que las circunstancias le eran favorables; escogió algunos hombres y los envió a Roma para confirmar y renovar la alianza de amistad con los romanos. (1 Macabeos 12, 1)

  • Mándalos a sus casas y quédate con algunos para acompañarme a la ciudad de Tolemaida, porque quiero entregártela, así como las otras fortalezas, y poner a tu disposición el resto de la tropa con sus oficiales. Después volveré, ya que sólo he venido para esto.» (1 Macabeos 12, 45)

  • Pero cuando Trifón supo que Simón había tomado el mando en lugar de su hermano Jonatán y que estaba dispuesto a luchar contra él, le mandó algunos mensajeros, (1 Macabeos 13, 14)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina