Fundar 111 Resultados para: Tob

  • Jefté tuvo que huir de sus hermanos y se fue a la región de Tob; allí se le juntó una banda de aventureros que hacían sus correrías con él. (Jueces 11, 3)

  • Los dirigentes de Galaad, pues, fueron a buscar a Jefté al país de Tob (Jueces 11, 5)

  • Los amonitas se dieron cuenta de que se habían hecho odiosos a David y enviaron men sajeros para contratar a veinte mil soldados ara meos de BetRejob y de Sobá, a mil hombres del rey de Maaká y a doce mil de Tob. (2 Samuel 10, 6)

  • Los amonitas hicieron una salida y se for maron en orden de batalla a la entrada de la puerta, mientras que los arameos de Sabá y de Rejob y los hombres de Tob y Maaká estaban aparte en el campo. (2 Samuel 10, 8)

  • Alargas mis pasos cuando camino y mis tobillos no se doblan. (2 Samuel 22, 37)

  • y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías, Tabadonías y con estos levitas a los sacerdotes Elisamá y Joram. (2 Crónicas 17, 8)

  • los hijos de Delaías, los de Tobías, los de Necodá, 652. (Esdras 2, 60)

  • Pero en Jerusalén, Sambalat, el joronita, y Tobías, el servidor amonita, supieron de mi llegada y les disgustó que alguien viniera a ayudar a los israelitas. (Nehemías 2, 10)

  • Sambalat, el joronita; Tobías, el siervo amonita, y Guesem, el árabe, se rieron de nosotros y vinieron a decirnos: «¿Qué hacen? Se están rebelando contra el rey.» (Nehemías 2, 19)

  • Tobías, el amonita, que estaba a su lado, dijo: «Déjenlos que construyan; pues cualquier zorro echará abajo su muralla.» (Nehemías 3, 35)

  • Sambalat, Tobías, los árabes, los amonitas y los vecinos de Azoto vieron que la reparación de la muralla adelantaba y que los hoyos empezaban a taparse. Se enojaron mucho, (Nehemías 4, 1)

  • Sambalat, Tobías, el árabe, Guesem y los demás enemigos nuestros supieron que yo había levantado nuevamente la muralla de Jerusalén. No quedaba ningún hoyo, aunque todavía no se habían puesto las puertas. (Nehemías 6, 1)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina