Fundar 148 Resultados para: Simón

  • La enemistad entre ellos vino a ser tal, que incluso partidarios de Simón cometieron crímenes. (2 Macabeos 4, 3)

  • Onías vio los peligros que entrañaba aquella rivalidad intolerable; incluso Apolonio, hijo de Menesteo, gobernador de Celesiria y Fenicia, instigaba a Simón al mal. Por eso fue donde el rey, (2 Macabeos 4, 4)

  • pues veía que era imposible pacificar la situación y detener las locuras de Simón sin la intervención del rey. (2 Macabeos 4, 6)

  • Tres años después, Jasón envió a Menelao, hermano del ya mencionado Simón, para llevar el dinero al rey y gestionar la negociación de asuntos urgentes. (2 Macabeos 4, 23)

  • entonces, dividió el ejército en cuatro cuerpos. Al frente de cada uno, puso a sus hermanos: Simón, José y Jonatán, con mil quinientos hombres cada uno. (2 Macabeos 8, 22)

  • El Macabeo, dejando a Simón, José Zaqueo y a los que con ellos estaban, con fuerzas suficientes para mantener el asedio, se marchó donde más falta hacía su presencia. (2 Macabeos 10, 19)

  • Los hombres de Simón, seducidos por la avaricia, se dejaron comprar a precio de plata por los de las torres y a cambio de sesenta mil monedas permitieron que escapara un cierto número de ellos. (2 Macabeos 10, 20)

  • Simón, hermano de Judas, había atacado a Nicanor, pero sus hombres se desconcertaron de repente ante los enemigos, sufriendo un ligero revés. (2 Macabeos 14, 17)

  • Hablemos también del Sumo Sacerdote Simón, hijo de Onías. Durante su vida reparó la Casa del Señor, en su tiempo se reparó el Santuario. (Sirácides (Eclesiástico) 50, 1)

  • Así era Simón cuando subía al santo altar de los sacrificios, revestido con su túnica de fiesta y con sus preciosos ornamentos; su gloria centelleaba en el recinto del Santuario. (Sirácides (Eclesiástico) 50, 11)

  • Simón ejecutaba en el altar los ritos litúrgicos y presentaba con gran dignidad la ofrenda al Altísimo, al Todopoderoso. (Sirácides (Eclesiástico) 50, 14)

  • Mientras Jesús caminaba a orillas del mar de Galilea, vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Eran pescadores y estaban echando la red al mar. (Evangelio según San Mateo 4, 18)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina