Fundar 32 Resultados para: Semaías

  • Cuando Yavé vio que se habían humillado, dirigió nuevamente su palabra a Semaías: «Ustedes se han humillado y por esta razón no los destruiré, sino que dentro de poco les daré la salvación y no derramaré mi cólera sobre Jerusalén por mano de Sosaq. (2 Crónicas 12, 7)

  • Los hechos de Roboam, del comienzo al fin, ¿no están escritos según el orden genealógico en la historia del profeta Semaías y del vidente Idó? Hubo guerra continua entre Roboam y Jeroboam. (2 Crónicas 12, 15)

  • y con ellos a los levitas Semaías, Netanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías, Tabadonías y con estos levitas a los sacerdotes Elisamá y Joram. (2 Crónicas 17, 8)

  • Jejiel y Simí, de los hijos de Hemán; Semaías y Uzziel, de los hijos de Jedutún. (2 Crónicas 29, 14)

  • En las ciudades sacerdotales estaban permanentemente bajo sus órdenes Edem, Mibyamín, Jesua, Semaías, Amarías y Sekanías para repartir a sus hermanos, así grandes como chicos, según sus clases, (2 Crónicas 31, 15)

  • Kononías, Semaías y Natanael, su hermano, y Jasabías, Jeiel y Josabad, jefes de los levitas, reservaron para los levitas cinco mil corderos pascuales y quinientos bueyes. (2 Crónicas 35, 9)

  • Entonces llamé a los jefes Eliecer, Ariel, Semaías, Yarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam, los jefes, y a los instructores Yoyarib y Elnatán. (Esdras 8, 16)

  • Entre los de Jarim: Maaseías, Elías, Semaías, Jejiel y Uzzías. (Esdras 10, 21)

  • de los de Jarim: Eliezer, Jissirías, Malquías, Semaías, Simeón, (Esdras 10, 31)

  • Después de él reparó Semaías, hijo de Sekanías, guardián de la puerta oriental. A continuación, Mesulam, hijo de Berequías, frente a su casa. (Nehemías 3, 30)

  • Maazías, Bilgay, Semaías; (Nehemías 10, 8)

  • De los levitas: Semaías, hijo de Jasub, hijo de Azricam, hijo de Jasabías, hijo de Buní; (Nehemías 11, 15)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina