Fundar 2112 Resultados para: Señor
Ornán respondió a David: «Tómalo; que mi señor, el rey, haga lo que mejor le parezca; doy también los bueyes para los holocaustos, los trillos para la leña y el trigo para la ofrenda; todo lo doy.» (1 Crónicas 21, 23)
hijo de una mujer de la tribu de Dan y de padre tirio, que sabe trabajar el oro, la plata, el bronce, el hierro, la piedra, la madera, la púrpura, el jacinto, el lino y la escarlata, y grabar toda clase de figuras; es capaz de realizar cualquier cosa que le pidas. El trabajará con sus obreros y con los de David, mi señor, tu padre. (2 Crónicas 2, 13)
Manda tú, pues, mi señor, a tus siervos el trigo y la cebada, el aceite y el vino que has ofrecido. (2 Crónicas 2, 14)
Pero Jeroboam, hijo de Nabat, siervo de Salomón, se rebeló orgullosamente contra su señor. (2 Crónicas 13, 6)
Ya, pues, Señor, no olvides que son tus servidores; ellos son tu pueblo, que has salvado con tu gran poder y fuerte mano. (Nehemías 1, 10)
Al lado de éstos trabajaron los habitantes de Tecoa, pero sus notables no quisieron cooperar en la empresa en servicio de su Señor. (Nehemías 3, 5)
Tenían miedo, pero me levanté y dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «Acuérdense del Señor, grande y formidable, y peleen por sus hermanos, hijos e hijas, por sus mujeres y sus casas.» (Nehemías 4, 8)
Les dijo entonces: «Vayan a comer comidas grasosas, tomen bebidas dulces y denle una ración al que no la tiene preparada. Porque este día está dedicado al Señor. No estén tristes. La alegría de Yavé es nuestro amparo.» (Nehemías 8, 10)
Como había abundantes alimentos dije a Tobías: «Hijo mío, busca entre los desterrados de Nínive, entre aquellos que se acuerdan del Señor, a uno de los más pobres, y tráelo a comer con nosotros. Espero hasta que vuelvas.» (Tobías 2, 2)
«Tú eres justo, Señor, y justas son tus obras. Tus caminos son misericordia y verdad, y siempre tu juicio será verdadero y justo. (Tobías 3, 2)
Y ahora, Señor, acuérdate de mí y mírame. Perdona mis pecados, así como el mal que hice por ignorancia. Perdona los pecados de mis padres que pecaron ante ti, (Tobías 3, 3)
Todas tus sentencias, Señor, son justas cuando decides castigar mis pecados y los de mis padres, porque no hemos cumplido tus mandatos ni hemos obedecido sinceramente tus órdenes. (Tobías 3, 5)