Fundar 60 Resultados para: Salvador

  • Que no roben a sus patrones, sino que se muestren dignos de toda confianza; así atraerán elogios sobre la doctrina de Dios, nuestro Salvador. (Carta a Tito 2, 10)

  • Porque la generosidad del Dios Salvador acaba de manifestarse a todos los hombres; (Carta a Tito 2, 11)

  • Ahora nos queda aguardar la feliz esperanza, la manifestación gloriosa de nuestro magnífico Dios y Salvador, Cristo Jesús, (Carta a Tito 2, 13)

  • Pero se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres; (Carta a Tito 3, 4)

  • que Dios derramó sobre nosotros por Cristo Jesús, nuestro Salvador. (Carta a Tito 3, 6)

  • de la misma manera Cristo se sacrificó una sola vez para quitar los pecados de una multitud. La segunda vez se manifestará a todos aquellos que lo esperan como a su salvador, pero ya no será por causa del pecado. (Carta a los Hebreos 9, 28)

  • Carta de Simeón Pedro, servidor y apóstol de Cristo Jesús, a todos aquellos que tuvieron la suerte, como la tuvimos nosotros, de recibir una fe tan preciosa y de ser renovados por nuestro Dios y Salvador Jesucristo. (2º Carta de Pedro 1, 1)

  • y se les facilitará generosamente la entrada al reino eterno de nuestro Señor y Salvador, Cristo Jesús. (2º Carta de Pedro 1, 11)

  • Y si éstos, que se habían liberado de los vicios del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, vuelven a esos vicios y se dejan dominar por ellos, su situación actual resulta peor que la primera. (2º Carta de Pedro 2, 20)

  • Acuérdense de las palabras dichas en el pasado por los santos profetas y del aviso de sus apóstoles, que era el del Señor y Salvador. (2º Carta de Pedro 3, 2)

  • Crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A Él la gloria, ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. (2º Carta de Pedro 3, 18)

  • Pero también hemos visto nosotros, y declaramos, que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo. (1º Carta de Juan 4, 14)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina