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Yavé dijo: Ahora mismo quiero firmar una alianza: voy a realizar, delante de todo este pueblo, prodigios como no los hubo jamás en ningún país y para ningún pueblo. Y todo este pueblo que te rodea verá las obras de Yavé, pues serán cosas asombrosas las que haré contigo. (Exodo 34, 10)
Quiero mandarles la peste y exterminarlos; luego haré salir de ti una nación más grande y más poderosa que él". (Números 14, 12)
'Quiero pasar por tu país, pero seguiré el camino sin desviarme ni a la derecha ni a la izquierda. (Deuteronomio 2, 27)
Pero tú te quedarás conmigo, para que yo te diga todos los mandamientos, preceptos y leyes que habrás de enseñarles y así los pongan en práctica en la tierra que yo quiero que sea suya . (Deuteronomio 5, 31)
Tal vez tu esclavo te diga: «No quiero irme», porque te ama a ti y tu casa y reconoce que le va bien contigo. (Deuteronomio 15, 16)
Cuando llegues a la tierra que Yavé, tu Dios, te da, cuando la conquistes y habites en ella, tal vez digas: «Quiero tener un rey como todas las naciones vecinas.» (Deuteronomio 17, 14)
Entonces los ancianos lo llamarán y le hablarán. Si él porfía en decir: «No quiero tomarla por mujer», (Deuteronomio 25, 8)
porque quiero traerte a Sísara al río Cisón, con sus carros y sus hombres, y te lo entregaré.» (Jueces 4, 7)
Gedeón agregó: «Sólo quiero pedirles que me dé cada uno de ustedes un anillo de los del botín.» Esto lo dijo Gedeón, porque los vencidos eran ismaelitas, cuyos anillos eran de oro. (Jueces 8, 24)
Algún tiempo después, por los días de la siega del trigo, fue Sansón a visitar a su esposa, llevando un cabrito, y dijo: «Quiero estar con mi mujer en nuestra pieza.» (Jueces 15, 1)
Donde tú mueras, allí también quiero morir y ser enterrada yo. Que el Señor me castigue como es debido si no es la muerte la que nos separe.» (Rut 1, 17)
Yavé dijo a Samuel: «Yo soy el que ha rechazado a Saúl y he decidido que no reinará más sobre Israel. ¿Hasta cuándo, pues, vas a estar llorando por él? Llena tu cuerno de aceite, pues quiero que vayas a casa de Jesé, del pueblo de Belén, porque he elegido a uno de sus hijos para ser mi rey.» (1 Samuel 16, 1)
