Fundar 226 Resultados para: Orden

  • He aquí las residencias según el orden de sus territorios. A los hijos de Aarón, de la familia de los quehatitas -según la suerte cayó para ellos-, (1 Crónicas 6, 39)

  • Este es el número de los guerreros preparados para la guerra que vinieron donde David, a Hebrón, para transferirle el reino de Saúl, conforme a la orden de Yavé. (1 Crónicas 12, 24)

  • Los filisteos abandonaron allí sus ídolos, que fueron arrojados al fuego por orden de David. (1 Crónicas 14, 12)

  • Con ellos a sus hermanos de segundo orden: Zacarías, Aziel, Semiramot, Jejiel, Uni, Eliab, Bananías, Maseías, Matatías, Elifele, Micneas, Obededom y Jeiel, porteros. (1 Crónicas 15, 18)

  • Avisaron a David, que reuniendo a todo Israel pasó el Jordán, llegó donde estaban ellos y tomó posición frente a ellos. David se puso en orden de batalla contra los arameos, y éstos trabaron combate con él. (1 Crónicas 19, 17)

  • De todos modos prevaleció la orden del rey y Joab recorrió todo Israel, volviéndose después a Jerusalén. (1 Crónicas 21, 4)

  • No incluyó en este censo a la tribu de Leví, ni a la de Benjamín, porque Joab detestaba la orden del rey. (1 Crónicas 21, 6)

  • Subió David cumpliendo la orden que Yavé le había dado por boca de Gad. (1 Crónicas 21, 19)

  • Estableció también las secciones de los sacerdotes en su servicio conforme al reglamento de su padre David; estableció a los levitas en sus cargos de alabar y servir junto a los sacerdotes según el rito de cada día; y a los porteros con arreglo a sus secciones, en cada puerta, porque ésta era la orden de David, hombre de Dios. (2 Crónicas 8, 14)

  • No se apartaron en nada de la orden del rey en lo tocante a los sacerdotes y los levitas, ni tampoco en lo relativo a los tesoros. (2 Crónicas 8, 15)

  • Los hechos de Roboam, del comienzo al fin, ¿no están escritos según el orden genealógico en la historia del profeta Semaías y del vidente Idó? Hubo guerra continua entre Roboam y Jeroboam. (2 Crónicas 12, 15)

  • Salió Asá contra él y se pusieron en orden de batalla en el valle al norte de Maresá. (2 Crónicas 14, 9)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina