Fundar 496 Resultados para: Libro de Reyes

  • Siguió los pasos de los reyes de Israel y actuó en todo como la familia de Ajab; es que se había casado con una hija de Ajab y, debido a esto, se portó muy mal con Yavé. (2 Reyes 8, 18)

  • Lo demás, referente a Joram y todo lo que hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 8, 23)

  • Derribarás a los reyes de la familia de Ajab, y yo vengaré la sangre de mis siervos, los profetas, que Jezabel ha muerto. (2 Reyes 9, 7)

  • Ellos tuvieron gran temor y dijeron: «Los dos reyes juntos no lo resistieron, ¿cómo podremos resistir nosotros?» (2 Reyes 10, 4)

  • Lo demás referente a Jehú, todo lo que hizo y su valentía, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 10, 34)

  • Joás, rey de Judá, tomó todas las cosas preciosas que habían consagrado sus padres, Josafat, Joram y Ocozías, reyes de Judá, todas las que él había consagrado y todo el oro que se halló en los tesoros de la Casa de Yavé y en los de la casa del rey, y los mandó a Jazael, rey de Aram, quien con esto se alejó de Jerusalén. (2 Reyes 12, 19)

  • Lo demás referente a Joás, todo cuanto hizo, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 12, 20)

  • Lo demás referente a Joacaz, todo cuanto hizo y su valentía, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 13, 8)

  • Lo demás referente a Joás, todo cuanto hizo, su valentía y cómo combatió contra Amasías, rey de Judá, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 13, 12)

  • Cuando Joás se acostó con sus padres, fue sepultado en Samaria, junto a los reyes de Israel, y Jeroboam ocupó su trono. (2 Reyes 13, 13)

  • Lo demás referente a Joás, su valentía y cómo combatió contra Amasías, rey de Judá, está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel. (2 Reyes 14, 15)

  • Lo demás referente a Amasías está escrito en el libro de las Crónicas de los reyes de Judá. (2 Reyes 14, 18)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina