Fundar 200 Resultados para: Jonatán

  • Cuando David terminó de hablar con Saúl, Jonatán simpatizó con David y comenzó a quererlo como a sí mismo. (1 Samuel 18, 1)

  • Entonces Jonatán hizo un pacto con David, porque lo quería como a sí mismo. (1 Samuel 18, 3)

  • Jonatán se despojó del manto que llevaba y se lo dio a David, y también le dio su propia armadura, así como su espada, su arco y su cinturón. (1 Samuel 18, 4)

  • Saúl comunicó a su hijo Jonatán y a todos sus servidores su decisión de dar muerte a David; pero Jonatán, que quería mucho a David, se lo fue a decir a éste: (1 Samuel 19, 1)

  • Habló entonces Jonatán a su padre en favor de David y le dijo: «No hagas daño, rey, a tu siervo David, porque él no te ha hecho ningún daño, sino grandes servicios. (1 Samuel 19, 4)

  • Saúl se dejó convencer por las palabras de Jonatán y juró: «Por Yavé, no se le quitará la vida.» (1 Samuel 19, 6)

  • Llamó entonces Jonatán a David, y le contó todo esto. Luego lo presentó a Saúl, para que volviera a su servicio como antes. (1 Samuel 19, 7)

  • David huyó de las Celdas de Ramá. Fue a ver a Jonatán y le dijo de frente: «¿De qué se me acusa? ¿Qué crimen he cometido contra tu padre para que atente contra mi vida?» (1 Samuel 20, 1)

  • Jonatán le dijo: «¿Qué puedo hacer por ti?» (1 Samuel 20, 4)

  • Jonatán contestó: «No lo pienses. ¿Crees tú que si llegara a saber que mi padre está en contra tuya no te lo diría en seguida?» (1 Samuel 20, 9)

  • Jonatán le contestó: «Ven, salgamos al campo.» Y salieron los dos. (1 Samuel 20, 11)

  • Jonatán dijo a David: «Te prometo por Yavé, Dios de Israel, que mañana, a la misma hora, trataré de saber lo que piensa mi padre. Si es algo bueno para ti y no te envío a alguien con la noticia, que Yavé me trate no sólo así, sino peor aún. (1 Samuel 20, 12)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina