Fundar 136 Resultados para: Cuarenta

  • Su entrada medía diez codos de ancho y sus columnitas, cinco; midió su profundidad, que era de cuarenta codos y su ancho, de veinte. (Ezequiel 41, 2)

  • o sea cuatro patios pequeños de cuarenta codos de largo por treinta de ancho; los cuatro tenían las mismas dimensiones. (Ezequiel 46, 22)

  • Tenían los babilonios un ídolo llamado Bel, en el que se gastaban diariamente más de seiscientos kilos de flor de harina, cuarenta ovejas y más de doscientos litros de vino. (Daniel 14, 3)

  • Yo, también, los saqué a ustedes de Egipto y los conduje por el desierto durante cuarenta años, para que tomaran posesión del territorio amorreo. (Amós 2, 10)

  • ¿Acaso me ofrecieron ustedes sacrificios y ofrendas en el desierto durante esos cuarenta años? (Amós 5, 25)

  • Jonás entró en la ciudad e hizo un día de camino pregonando: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida.» (Jonás 3, 4)

  • y después de estar sin comer cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre. (Evangelio según San Mateo 4, 2)

  • Estuvo cuarenta días en el desierto y fue tentado por Satanás. Vivía entre los animales salvajes y los ángeles le servían. (Evangelio según San Marcos 1, 13)

  • donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. En todo ese tiempo no comió nada, y al final sintió hambre. (Evangelio según San Lucas 4, 2)

  • Ellos contestaron: «Han demorado ya cuarenta y seis años en la construcción de este templo, y ¿tú piensas reconstruirlo en tres días?» (Evangelio según San Juan 2, 20)

  • De hecho, se presentó a ellos después de su pasión, y les dio numerosas pruebas de que vivía. Durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios. (Hecho de los Apóstoles 1, 3)

  • pues todos glorificaban a Dios por lo que había sucedido, sabiéndose además que el hombre milagrosamente sanado tenía más de cuarenta años. (Hecho de los Apóstoles 4, 22)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina