Fundar 365 Resultados para: Construcción del Templo

  • Este día, David dijo: «El que quiera atacar a los jebuseos, que suba por el túnel del agua, pues aborrezco a esos cojos y ciegos.» Por eso dice el proverbio: «No entrarán en el Templo ni cojos ni ciegos.» (2 Samuel 5, 8)

  • En mi angustia clamé a Yavé, invoqué a mi Dios, desde su templo oyó mi voz, y mi clamor llegó a sus oídos. (2 Samuel 22, 7)

  • Los obreros de Salomón, junto con los de Hiram y los guiblitas, cortaron y trabajaron la madera y las piedras para la construcción de la Casa. (1 Reyes 5, 18)

  • La galería inferior tenía dos metros y medio de ancho, la intermedia tenía tres, y la tercera tres metros y medio de ancho, porque fue rebajando alrededor del templo, por la parte exterior, para no empotrar las vigas en las paredes de la Casa. (1 Reyes 6, 6)

  • La Casa fue construida con piedras labradas de antemano en las mismas canteras, a fin de que en la construcción no se escucharan ni martillazos ni ningún ruido producido por instrumentos de hierro. (1 Reyes 6, 7)

  • Cuando se terminó la construcción de la Casa, Salomón le puso un cielo raso de artesones sobre vigas de cedro. (1 Reyes 6, 9)

  • Salomón llevó hasta su término la construcción de la Casa de Yavé. (1 Reyes 6, 14)

  • y el año once, en el mes de Bul, que es el mes octavo, fue terminada en todas sus partes, conforme a todos los planos. La construcción había demorado siete años. (1 Reyes 6, 38)

  • Asentó las columnas junto al vestíbulo del templo, (1 Reyes 7, 20)

  • las cucharas, los cuchillos y los calderos pequeños, las copas y los braseros de oro fino, las bisagras de oro para las puertas del «Lugar Santísimo» y del Templo. (1 Reyes 7, 50)

  • Levantó un altar para Baal en el templo de Baal que construyó en su capital, Samaria. (1 Reyes 16, 32)

  • Solamente acompañaré a mi rey cuando vaya al templo de su dios Rimón. El se apoya en mi brazo, y yo me postraré con él; que Yavé me perdone esto.» (2 Reyes 5, 18)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina