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  • Partirá entonces la Tienda de las Citas, y el campamento de los levitas estará en medio de los demás campamentos. En el mismo orden que llegaron partirán, cada uno por el lado que le corresponda y bajo su propia bandera. (Números 2, 17)

  • El total del campamento de Dan es, según el censo, de ciento cincuenta y siete mil seiscientos hombres. Estos marcharán en retaguardia, cada uno bajo su bandera. (Números 2, 31)

  • Los hijos de Israel hicieron todo, tal como Yavé lo había ordenado a Moisés: así acampaban y así emprendían la marcha, cada uno con su tribu, bajo su bandera y con los de su familia. (Números 2, 34)

  • Hagan con ellos de esta manera, para que vivan y no mueran cuando se acercan a las cosas muy sagradas. Aarón y sus hijos se adelantarán para poner a cada uno en su servicio y darle su carga, (Números 4, 19)

  • las columnas que rodean el atrio con sus basas, clavos y cuerdas: todos sus utensilios y todo lo necesario para su servicio. Señalarán con nombre cada uno de los objetos que han de transportar. (Números 4, 32)

  • Por orden de Yavé cada uno fue registrado señalándole su servicio y lo que debía transportar. El censo se hizo tal y como Yavé había mandado a Moisés. (Números 4, 49)

  • Los sacrificios que cada cual ofrece le pertenecen, a excepción de lo que entrega en manos del sacerdote.» (Números 5, 10)

  • Ofrecieron a Yavé seis carretas cubiertas y doce bueyes: una carreta por cada dos jefes y un buey por cada uno, y los presentaron delante de la Morada. (Números 7, 3)

  • «Recibe todo esto de su mano para el servicio de la Tienda de las Citas. Dáselo a los levitas, a cada uno según su servicio.» (Números 7, 5)

  • Y Yavé dijo a Moisés: «Cada día uno de los jefes vendrá para hacer su ofrenda por la dedicación del altar.» (Números 7, 11)

  • Cada fuente era de ciento treinta siclos, y cada platillo de setenta siclos. Los siclos de plata de todos estos objetos eran en total dos mil cuatrocientos, en siclos del santuario. (Números 7, 85)

  • Las navetas de oro eran doce, llenas de incienso. Cada naveta era de diez siclos, en siclos del santuario. Los siclos de oro de las navetas sumaban en total ciento veinte. (Números 7, 86)


“Onde há mais sacrifício, há mais generosidade.” São Padre Pio de Pietrelcina