34. Por esto, Menelao, a solas con Andrónico, lo incitaba a que acabara con Onías. Andrónico fue donde Onías y se ganó con engaño su confianza, estrechando su mano y dándole la mano con juramento; persuadió a Onías, aunque a éste no le faltaban sospechas, a salir de su refugio, e inmediatamente le dio muerte, sin respeto alguno de la justicia.





“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina