Salmos, 55

La Biblia de Jerusalén

1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda. Poema. De David.

2 Escucha, oh Dios, mi oración, no te retraigas a mi súplica,

3 dame oídos, respóndeme, en mi queja me agito. Gimo

4 ante la voz del enemigo, bajo el abucheo del impío; pues vierten sobre mí falsedades y con saña me hostigan.

5 Se me estremece dentro el corazón, me asaltan pavores de muerte;

6 miedo y temblor me invaden, un escalofrío me atenaza.

7 Y digo: ¡Quién me diera alas como a la paloma para volar y reposar!

8 Huiría entonces lejos, en el desierto moraría.

9 En seguida encontraría un asilo contra el viento furioso y la tormenta.

10 ¡Oh, piérdelos, Señor, enreda sus lenguas!, pues veo discordia y altercado en la ciudad;

11 rondan día y noche por sus murallas. Y dentro de ella falsedad y malicia,

12 insidias dentro de ella, jamás se ausentan de sus plazas la tiranía y el engaño.

13 Si todavía un enemigo me ultrajara, podría soportarlo; si el que me odia se alzara contra mí, me escondería de él.

14 ¡Pero tú, un hombre de mi rango, mi compañero, mi íntimo,

15 con quien me unía una dulce intimidad, en la Casa de Dios! ¡Oh, váyanse en tumulto,

16 caiga la muerte sobre ellos, vivos en el seol se precipiten, pues está el mal instalado en medio de ellos!

17 Yo, en cambio, a Dios invoco, y Yahveh me salva.

18 A la tarde, a la mañana, al mediodía me quejo y gimo: él oye mi clamor.

19 En paz mi alma rescata de la guerra que me hacen: aunque sean muchos contra mí,

20 Dios escucha y los humilla, él, que reina desde siempre. Pero ellos sin enmienda, y sin temor de Dios.

21 Cada uno extiende su mano contra sus aliados, viola su alianza;

22 más blanda que la crema es su boca, pero su corazón es sólo guerra; sus palabras, más suaves que el aceite, son espadas desnudas.

23 Descarga en Yahveh tu peso, y él te sustentará; no dejará que para siempre zozobre el justo.

24 Y tú, oh Dios, los hundirás en el pozo de la fosa, a los hombres de sangre y de fraude, sin alcanzar la mitad de sus días. Mas yo confío en ti.




Versículos relacionados com Salmos, 55:

El Salmo 55 es un lamento de David frente a su angustia y sufrimiento, causada por las palabras y acciones traicioneras de sus enemigos. El salmista le ruega a Dios que lo salve y juzgue a sus enemigos, confiando en que escuchará y actuará. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en el Salmo 55:

Salmos 31:22: "Pero confío en ti, Señor, y digo que eres mi Dios". David expresa su confianza en Dios, incluso en medio de dificultades y traiciones.

Salmo 54:4: "He aquí, Dios es mi ayudante; el Señor es el que sostiene mi vida". El salmista reconoce que solo Dios puede ayudarlo y sostenerlo en tiempos de angustia.

Salmo 56:9: "Cuando lloro, entonces mis enemigos volverán; esto lo sé, porque Dios es para mí". David confía en que Dios lo escuchará y actuará a su favor, haciendo retroceder a sus enemigos.

Salmo 57:1: "Hay misericordia para mí, oh Dios, tiene piedad de mí, porque mi alma confía en ti; y a la sombra de tus alas se refleja hasta que pasan las calamidades". David pide misericordia y protección divina, sabiendo que solo en Dios puede encontrar refugio.

Salmo 59:9: "Pero cantaré tu fuerza; por la mañana alabaré tu misericordia de alegría; porque tienes mi refugio y protección el día de mi angustia". David elogia a Dios por su fuerza y ​​misericordia, reconociendo que él es su refugio y protección en medio de la angustia.


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