7. De repente la celda se llenó de luz: ¡estaba el ángel del Señor! El ángel tocó a Pedro en el costado y lo despertó diciéndole: «¡Levántate en seguida!» Y se le cayeron las cadenas de las manos.





“O Coração de Jesus não deixará cair no vazio a nossa oração se ela for plena de fé e de confiança.” São Padre Pio de Pietrelcina