6. Así, en el principio, mientras perecían los gigantes orgullosos, la esperanza del mundo se refugió en una frágil embarcación, que, dirigida por tu mano, dejó al futuro el germen de nuevas generaciones.





“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina