19. Maravillados de su hermosura, no podían menos de admirar también a los israelitas y se decían unos a otros: "¿Quién podrá despreciar a un pueblo que tiene semejantes mujeres? ¡No conviene dejar en pie ni a uno solo de sus hombres, porque los sobrevivientes serían capaces de seducir a toda la tierra!".





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina