13. Los que tocaban las trompetas y los cantores hacían oír sus voces al unísono, para alabar y celebrar al Señor. Y cuando ellos elevaban la voz al son de las trompetas, de los címbalos y de los instrumentos musicales, para alabar al Señor "porque es bueno, porque es eterno su amor", una nube llenó el Templo, la Casa del Señor,





“Faltar com a caridade¨¦ como ferir a pupila dos olhos de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina