3. Alcé mis ojos, miré, y vi un carnero que estaba parado ante el río. Tenía dos cuernos; los dos cuernos eran altos, pero uno era más alto que el otro, y el más alto se elevó en último término.





“Seja grato e beije docemente a mão de Deus. É sempre a mão de um pai que pune porque lhe quer bem” São Padre Pio de Pietrelcina