Salmos, 9
20. Levántate, Señor, que el hombre no se engría, sean las gentes juzgadas ante ti;
20. Levántate, Señor, que el hombre no se engría, sean las gentes juzgadas ante ti;
“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina