16. Ellos cerraron el templo, practicaron una abertura en el techo y, a pedradas, acabaron con el jefe (y los que habían entrado en él); los despedazaron y tiraron sus cabezas a los de afuera.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina