10. En todas las causas que os presenten vuestros hermanos que viven en sus ciudades, causas de sangre o cuestiones sobre la ley, mandamientos, preceptos o costumbres, vosotros los instruiréis, para que no pequen contra el Señor y no caiga su cólera sobre vosotros y sobre ellos. Si obráis así, salvaréis vuestra responsabilidad.





“Para que se preocupar com o caminho pelo qual Jesus quer que você chegue à pátria celeste – pelo deserto ou pelo campo – quando tanto por um como por outro se chegará da mesma forma à beatitude eterna?” São Padre Pio de Pietrelcina