Katholische Bibel
 

Isaías, 20

6. Y dirán los habitantes de esta costa aquel día: «Ahí tenéis en qué ha parado la esperanza nuestra, adonde acudíamos en busca de auxilio para librarnos del rey de Asur. Pues ¿cómo nos escaparemos nosotros?

Verse im Zusammenhang mit Isaías, 20:

Isaías 20 es un breve capítulo que describe la acción del Profeta Isaías, a quien Dios fue instruido por Dios para que caminara desnudo y descalzo durante tres años como un signo de juicio contra Egipto y Etiopía. Además, Dios habla sobre la caída de la ciudad de Asdode. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas abordados en Isaías 20:

2 Reyes 18:21: "Ahora, mira, estás confiando en Egipto, ese palo de caña de azúcar aplastado, que perfora la mano de cualquier persona que descansa sobre él". Este versículo habla sobre la confianza incorrecta que el rey Ezequías depositó en Egipto en lugar de confiar en Dios.

Jeremías 46:25: "El Señor de los anfitriones, el Dios de Israel, dijo, he aquí, estoy trayendo a Amon, no, y faraón, y a Egipto, junto con sus dioses y reyes, sí, faraón y aquellos que confían a él. " Este versículo habla sobre el castigo de Dios sobre aquellos que confían en Egipto y sus dioses.

Isaías 19:1: "Profecía contra Egipto: ver, el Señor se mueve en una nube rápida y llega a Egipto; y los ídolos de Egipto temblan ante él, y el corazón de los egipcios se derrite en ellos". Este versículo muestra cómo Dios es poderoso sobre Egipto y sus dioses.

Amós 1:8: "Y destruiré al habitante del Asdodo y lo que sostiene al cetro de Ascalom; y volveré a mi mano contra Echrom, y el remanente de los filisteos perecerá, dice el Señor Dios". Este versículo habla sobre la destrucción de Asdode, una ciudad de Filistia, que se menciona en Isaías 20.

Isaías 30:2: "¡Quién desciende a Egipto sin buscar mi boca; para fortalecerse con la fuerza del faraón y refugiarse a la sombra de Egipto!" Este versículo muestra cómo confiar en Egipto y su fuerza en lugar de buscar a Dios es una tontería.





“Há duas razões principais para se orar com muita satisfação: primeiro para render a Deus a honra e a glória que Lhe são devidas. Segundo, para falar com São Padre Pio de Pietrelcina