Gefunden 188 Ergebnisse für: quedó

  • descendientes de Manasés, hijo de José; así su heredad quedó en la tribu de su clan paterno. (Números 36, 12)

  • Solamente te quedó sin conquistar la tierra de los amonitas, la región del torrente Yaboc, las ciudades de la montaña y todo lo que te había prohibido el Señor, nuestro Dios". (Deuteronomio 2, 37)

  • Tomarás de nuevo la palabra y dirás ante el Señor, tu Dios: Mi padre era un arameo errante, que bajó a Egipto. Allí se quedó con unas pocas personas más; pero pronto se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa. (Deuteronomio 26, 5)

  • No quedó nadie en Ay que no saliese a perseguir a Israel. Por perseguirlos dejaron indefensa la ciudad. (Josué 8, 17)

  • No quedó ni una palabra de todo lo que había mandado Moisés que no fuera leída por Josué a toda la asamblea de Israel, incluyendo a las mujeres, a los niños y a los extranjeros residentes. (Josué 8, 35)

  • Horán, el rey de Guézer, subió para socorrer a Laquis; pero Josué lo derrotó a él y a su pueblo, hasta que no quedó ni un superviviente. (Josué 10, 33)

  • El Señor los entregó en manos de Israel, que los derrotó y los persiguió hasta Sidón la Grande y hasta Misrefot, al occidente, y hasta el valle de Mispá, al oriente. Los derrotó de tal forma que no quedó ni un superviviente. (Josué 11, 8)

  • Consagró al exterminio y pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella. No quedó ni un superviviente, y Jasor fue pasto de las llamas. (Josué 11, 11)

  • Aquel día Moab quedó derrotado bajo la mano de Israel, y la tierra estuvo en paz durante cuarenta años. (Jueces 3, 30)

  • Galaad se quedó al otro lado del Jordán; y Dan, ¿por qué se quedó junto a las naves? Aser se sentó a orillas del mar, y habita tranquilo en sus puertos. (Jueces 5, 17)

  • Y Dios lo hizo así aquella noche. Quedó seco totalmente el vellón y en todo el suelo había rocío. (Jueces 6, 40)

  • Entonces Zébaj y Salmuná dijeron: "Ánimo, mátanos tú; porque como es el hombre, así es su fuerza". Entonces Gedeón se levantó, mató a Zébaj y Salmuná y se quedó con las lunetas que llevaban al cuello sus camellos. (Jueces 8, 21)


“Temos muita facilidade para pedir, mas não para agradecer”. São Padre Pio de Pietrelcina