Gefunden 168 Ergebnisse für: podrá

  • Después de la puesta del sol será puro y podrá comer de las cosas consagradas, porque son su comida. (Levítico 22, 7)

  • En cambio, podrá comerlas el siervo comprado con dinero por el sacerdote, exactamente como el que ha nacido en casa, pues los dos comen su propio alimento. (Levítico 22, 11)

  • La hija de un sacerdote casada con un extraño no podrá comer las cosas santas; (Levítico 22, 12)

  • pero si es viuda o divorciada y no tiene hijos y vuelve a casa de su padre como estaba durante la juventud, podrá comer el alimento de su padre. Pero ningún extraño lo podrá comer. (Levítico 22, 13)

  • Si tu hermano empobrece y tiene que vender su propiedad, su pariente más cercano, sobre el que recae el derecho de rescate, podrá venir a rescatar lo vendido por su hermano. (Levítico 25, 25)

  • El que no tuviere rescatador, podrá él mismo, cuando haya encontrado con qué hacer el rescate, (Levítico 25, 26)

  • su tío, su primo o un pariente cercano, lo podrá rescatar; y si llega a tener medios, puede rescatarse a sí mismo. (Levítico 25, 49)

  • Entonces la tierra disfrutará de sus descansos sabáticos mientras dure su desolación y vosotros estéis en tierra de vuestros enemigos. Entonces podrá la tierra descansar y recuperar sus sábados. (Levítico 26, 34)

  • no se podrá cambiar o reemplazar ni uno bueno por uno malo ni uno malo por otro bueno; si un animal es cambiado por otro, los dos se hacen sagrados. (Levítico 27, 10)

  • "Nadie podrá consagrar los primogénitos de su ganado, pues por derecho pertenecen ya al Señor; sea ganado mayor o menor, sus primogénitos son del Señor. (Levítico 27, 26)

  • Ninguna cosa de su propiedad -hombres, animales o campos de propiedad hereditaria- que uno consagre al Señor podrá ser vendida o rescatada. Lo que se consagra al Señor es cosa santísima y pertenece al Señor. (Levítico 27, 28)

  • Ninguna persona consagrada al Señor podrá ser rescatada; tendrá que morir. (Levítico 27, 29)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina