Gefunden 243 Ergebnisse für: fuerza divina

  • Y preguntó: "Cananeos, decidme quién es el pueblo que habita en las montañas, cuáles son las ciudades que ocupa, qué contingente tiene de tropas, en qué consiste su fuerza y su poder, quién es el rey que guía su ejército (Judit 5, 3)

  • "No tememos a los israelitas, pues es un pueblo sin fuerza y sin poder para una lucha dura. (Judit 5, 23)

  • "¿Quién eres tú, Ajior, y vosotros, mercenarios de Efraín, para profetizar hoy aquí y para intentar persuadirnos de no pelear contra Israel, pretextando que Dios lo protege? ¿Y qué Dios existe, a no ser Nabucodonosor? Él nos dará fuerza y los exterminará de la faz de la tierra, sin que pueda librarlos su Dios. (Judit 6, 2)

  • Tu nombre es "el Señor". Deshaz su fuerza con tu poder y humilla su dominio con tu ira, pues pretenden profanar tu santuario, violar el tabernáculo donde mora el nombre de tu gloria y arrancar con hierro los cuernos de tu altar. (Judit 9, 8)

  • Mira su orgullo. Descarga tu ira sobre sus cabezas y da a mi mano de viuda la fuerza precisa. (Judit 9, 9)

  • Pues no está tu fuerza en la multitud ni en los poderosos tu dominio, sino que eres Dios de los humildes, socorro de los oprimidos, protector de los débiles, defensor de los abandonados, salvador de los desesperanzados. (Judit 9, 11)

  • Le dio por dos veces en el cuello con toda su fuerza, y le cortó la cabeza. (Judit 13, 8)

  • Judit desde lejos gritó a los centinelas: "¡Abrid, abrid la puerta! Dios, nuestro Dios, está con nosotros, demostrando su poder a Israel y su fuerza contra los enemigos, como lo ha hecho hoy". (Judit 13, 11)

  • ¿Cuál es mi fuerza para seguir esperando? ¿Cuál mi destino para seguir viviendo? (Job 6, 11)

  • ¿Es acaso mi fuerza la fuerza de la roca? ¿Es mi carne de bronce? (Job 6, 12)

  • Sabio de mente y robusto de fuerza, ¿quién puede resistirle impunemente? (Job 9, 4)

  • ¿Recurrir a la fuerza? Él es el vigoroso. ¿Al derecho? Mas ¿quién le citará? (Job 9, 19)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina