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  • Éstos son los nombres de los israelitas que bajaron a Egipto con Jacob, cada uno con su familia. (Exodo 1, 1)

  • sino que cada una de las mujeres pedirá a su vecina y a su coinquilina objetos de plata y oro y vestidos que pondréis a vuestros hijos y a vuestras hijas; y despojaréis así a los egipcios". (Exodo 3, 22)

  • Tiró cada uno su bastón, y se convirtieron en serpientes; pero el bastón de Aarón se tragó a los otros bastones. (Exodo 7, 12)

  • Por tanto, ordena al pueblo que cada uno, hombre o mujer, pida a sus amigos y a sus amigas objetos de plata y oro". (Exodo 11, 2)

  • Decid a toda la comunidad de Israel: El día diez de este mes cada uno se procure un cordero por familia, un cordero por casa. (Exodo 12, 3)

  • Si la familia es demasiado pequeña para consumir el cordero entero, se pondrá de acuerdo con su vecino, el más próximo a su casa, según el número de personas y en razón de la porción de cordero que cada cual puede comer. (Exodo 12, 4)

  • Pero el día sexto, que preparen para llevar el doble de lo que acostumbran a recoger cada día". (Exodo 16, 5)

  • Esto es lo que el Señor os ha mandado. Recoja cada uno según lo que pueda comer, dos litros por cabeza, según el número de vuestras personas. Cada uno recoja para cuantos viven en su tienda". (Exodo 16, 16)

  • Al medirlo luego, vieron que el que había recogido de más no tenía nada de más, y el que menos, no tenía nada de menos, sino que cada uno tenía lo que necesitaba para su consumo. (Exodo 16, 18)

  • Lo recogían cada mañana, cada uno en razón de su propio consumo. Cuando calentaba el sol, se derretía. (Exodo 16, 21)

  • Grabad bien en vuestras mentes que el Señor os ha dado el descanso del sábado; por ello el día sexto os da pan para dos días. Quédese cada uno en su puesto, y que el séptimo día nadie salga de él". (Exodo 16, 29)

  • Como se le cansaban los brazos a Moisés, tomaron una piedra y se la pusieron debajo. Él se sentó encima, y Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. De este modo los brazos de Moisés se sostuvieron en alto hasta la puesta del sol. (Exodo 17, 12)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina