Gefunden 261 Ergebnisse für: Salomón

  • Salomón se sentó sobre el trono del Señor como rey, en lugar de David, su padre. Conoció la prosperidad y le obedeció Israel. (I Crónicas 29, 23)

  • Todos los jefes, todos los héroes, e incluso los demás hijos del rey David, se sometieron al rey Salomón. (I Crónicas 29, 24)

  • El Señor ensalzó grandemente al rey Salomón ante todo el pueblo y le concedió un reinado tan glorioso cual nunca rey alguno había tenido antes de él en Israel. (I Crónicas 29, 25)

  • Murió en buena vejez, lleno de días, de riqueza y de gloria. Le sucedió en el trono su hijo Salomón. (I Crónicas 29, 28)

  • Salomón, hijo de David, se afirmó sobre su trono. El Señor, su Dios, estaba con él y lo llevó a la cumbre de la grandeza. (II Crónicas 1, 1)

  • Salomón habló a todo Israel, a los jefes de millares y de centurias, a los jueces y a todos los jefes de Israel, es decir, a todos los jefes de familias. (II Crónicas 1, 2)

  • pero el altar de bronce hecho por Besalel, hijo de Urí y nieto de Jur, seguía en Gabaón delante de la morada del Señor, y allí fueron Salomón y la asamblea. (II Crónicas 1, 5)

  • Allí, en presencia de Dios, Salomón subió al altar de bronce, que estaba junto a la tienda de la reunión, y ofreció sobre él 1.000 holocaustos. (II Crónicas 1, 6)

  • Aquella misma noche Dios se apareció a Salomón y le dijo: "Pide lo que quieras, y yo te lo daré". (II Crónicas 1, 7)

  • Salomón respondió: "Tú trataste con gran bondad a mi padre David, y a mí me has constituido rey en su lugar. (II Crónicas 1, 8)

  • Dios dijo a Salomón: "Puesto que éste ha sido tu deseo y no has pedido ni riquezas, ni hacienda, ni fama, ni siquiera larga vida, sino que has pedido sabiduría e inteligencia para gobernar a mi pueblo, sobre el que te he constituido rey, (II Crónicas 1, 11)

  • Salomón salió de Gabaón, de la tienda de la reunión, y regresó a Jerusalén, donde reinó sobre Israel. (II Crónicas 1, 13)


“Se tanta atenção é dada aos bens desta Terra, quanto mais se deve dar aos do Céu? Faça, portanto, uma boa leitura espiritual, a santa meditação, o exame de consciência, e fará progresso na perfeição cristã e no amor de Jesus.” São Padre Pio de Pietrelcina