Gefunden 140 Ergebnisse für: Heredad

  • No es así la porción de Jacob, porque él ha formado el universo y la tribu de su heredad es Israel; su nombre es Señor omnipotente. (Jeremías 10, 16)

  • He dejado mi casa, he abandonado mi heredad, he entregado lo que más quería en manos de sus enemigos. (Jeremías 12, 7)

  • Mi heredad ha sido para mí como un león en la selva; ha lanzado contra mí sus rugidos; por eso la detesto. (Jeremías 12, 8)

  • ¿Es acaso mi heredad un ave jaspeada? Las aves rapaces revolotean sobre ella por todas partes. ¡Ea, juntaos, fieras todas del campo, venid a devorarla! (Jeremías 12, 9)

  • Esto dice el Señor: "A todos mis perversos vecinos, que invaden la heredad cuya posesión di a mi pueblo Israel, yo los arrancaré de su tierra, y de en medio de ellos arrancaré la casa de Judá. (Jeremías 12, 14)

  • Pero después de haberlos arrancado, volveré a compadecerme de ellos y restableceré a cada uno en su heredad, a cada uno en su país. (Jeremías 12, 15)

  • Pero primero les haré pagar el doble su iniquidad y sus pecados. Porque han profanado mi tierra con los cadáveres de sus ídolos y han atestado mi heredad con sus horrores". (Jeremías 16, 18)

  • Tendrás que desprenderte de tu heredad que yo te había regalado, y te haré esclavo de tus enemigos en un país que no conoces, porque has encendido el fuego de mi cólera, que arderá eternamente. (Jeremías 17, 4)

  • No es así la porción de Jacob, porque él ha formado el universo e Israel es la tribu de su heredad; su nombre es "el Señor omnipotente". (Jeremías 51, 19)

  • Nuestra heredad ha pasado a extranjeros, nuestras casas a extraños. (Lamentaciones 5, 2)

  • Como tú te alegraste cuando la heredad de la casa de Israel era devastada, así haré yo contigo; en desolación te convertirás, monte de Seír, así como Edón entero, y se sabrá que yo soy el Señor. (Ezequiel 35, 15)

  • No tendrán heredad alguna: yo soy su heredad. No les daréis ninguna posesión en Israel: yo soy su posesión. (Ezequiel 44, 28)


"Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina