Gefunden 103 Ergebnisse für: Gritos

  • Entonces los hombres de Israel y de Judá, lanzando gritos de guerra, persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Y muchos filisteos cayeron muertos en el camino desde Saráyim hasta Gat y Ecrón. (I Samuel 17, 52)

  • Al volver David de la guerra después de dar muerte al filisteo, las mujeres salían de todas las ciudades de Israel, cantando y danzando ante el rey Saúl al son de tambores y arpas y con gritos de alegría; (I Samuel 18, 6)

  • Cuando David terminó de hablar así, Saúl le dijo: "¿Es ésta tu voz, hijo mío, David?". Y comenzó a llorar con grandes gritos. (I Samuel 24, 17)

  • El rey se había cubierto el rostro y daba grandes gritos: "¡Hijo mío, Absalón! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!". (II Samuel 19, 5)

  • Los centinelas transmitieron a gritos la noticia al interior del palacio real. (II Reyes 7, 11)

  • Cuando Atalía oyó los gritos de la guardia y del pueblo, fue al templo del Señor donde estaban todos. (II Reyes 11, 13)

  • Así se lo juraron al Señor con grandes gritos de alegría, entre el resonar de las trompetas y de los cuernos. (II Crónicas 15, 14)

  • Cuando Atalía oyó los gritos del pueblo que corría y aclamaba al rey, fue al templo donde estaban todos. (II Crónicas 23, 12)

  • Alababan y daban gracias al Señor, y se respondía: "Porque es bueno, porque es eterno su amor a Israel". Y todo el pueblo prorrumpía en fuertes gritos de júbilo alabando al Señor porque se habían echado los cimientos del templo del Señor. (Esdras 3, 11)

  • Muchos de los sacerdotes, levitas y cabezas de familia, ya ancianos, que habían visto el primer templo y ahora veían con sus propios ojos que se echaban los cimientos de este otro templo, lloraban estrepitosamente, mientras que otros muchos daban gritos de alegría y júbilo. (Esdras 3, 12)

  • Nadie podía distinguir los acentos de júbilo de los acentos del llanto de la gente, porque el pueblo lanzaba grandes gritos y el estrépito se oía desde muy lejos. (Esdras 3, 13)

  • Al terminar, todo el pueblo dio gritos de alegría, que resonaron en toda la ciudad. (Judit 14, 9)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina