Gefunden 286 Ergebnisse für: Diciendo

  • mientras que Pablo se defendió diciendo: "Yo no he cometido ningún delito ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra el césar". (Hechos 25, 8)

  • y al retirarse iban diciendo: "Este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte o la cárcel". (Hechos 26, 31)

  • Después de cenar, hizo lo mismo con el cáliz, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; cada vez que la bebáis, hacedlo en memoria mía". (I Corintios 11, 25)

  • Andarán diciendo: "Todo es paz y seguridad"; y entonces, de improviso, les sorprenderá la perdición, como los dolores del parto a la mujer encinta, y no podrán escapar. (I Tesalonicenses 5, 3)

  • los cuales se desviaron de la verdad diciendo que la resurrección se ha realizado ya, y pervierten la fe de algunos. (II Timoteo 2, 18)

  • diciendo: Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en plena asamblea te alabaré. (Hebreos 2, 12)

  • de nuevo Dios fija un día, un "hoy", diciendo por David, después de tanto tiempo, lo que ya ha sido dicho: ¡Hoy, si oís su voz, no endurezcáis vuestros corazones!... (Hebreos 4, 7)

  • diciendo: Sí, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia. (Hebreos 6, 14)

  • El punto capital de lo que estamos diciendo es que tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del trono de la majestad en los cielos, (Hebreos 8, 1)

  • Ya nadie tendrá que enseñar a su conciudadano, ni a su hermano, diciendo: Conoce al Señor, porque todos me conocerán, desde el más pequeño hasta el mayor. (Hebreos 8, 11)

  • diciendo: Ésta es la sangre de la alianza que Dios ha establecido para vosotros. (Hebreos 9, 20)

  • Por eso, si llego a ir, no dejaré de recordarle su conducta, pues anda diciendo desvergonzadamente cosas falsas contra mí. No contento con esto, no recibe a los hermanos y reprende y echa de la comunidad a los que quieren recibirlos. (III Juan 1, 10)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina