Gefunden 356 Ergebnisse für: santo

  • ¿A quién has insultado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado tu voz y levantas tus ojos altaneros? ¡Contra el Santo de Israel! (Isaías 37, 23)

  • ¿Con quién me asemejaréis y seré igualado?, dice el Santo. (Isaías 40, 25)

  • No temas, gusano de Jacob, gente de Israel: yo te ayudo - oráculo de Yahveh - y tu redentor es el Santo de Israel. (Isaías 41, 14)

  • Los beldarás, y el viento se los llevará, y una ráfaga los dispersará. Y tú te regocijarás en Yahveh, en el Santo de Israel te gloriarás. (Isaías 41, 16)

  • de modo que todos vean y sepan, adviertan y consideren que la mano de Yahveh ha hecho eso, el Santo de Israel lo ha creado. (Isaías 41, 20)

  • Porque yo soy Yahveh tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. He puesto por expiación tuya a Egipto, a Kus y Seba en tu lugar (Isaías 43, 3)

  • Así dice Yahveh que os ha rescatado, el Santo de Israel. Por vuestra causa he enviado a hacer caer todos sus cerrojos de las prisiones de Babilonia, y se volverán en ayes los hurras de los caldeos (Isaías 43, 14)

  • Yo, Yahveh vuestro Santo, el creador de Israel, vuestro Rey. (Isaías 43, 15)

  • Así dice Yahveh, el Santo de Israel y su modelador: «¿Vais a pedirme señales acerca de mis hijos y a darme órdenes acerca de la obra de mis manos? (Isaías 45, 11)

  • Nuestro redentor, cuyo nombre es Yahveh Sebaot, el Santo de Israel, dice: (Isaías 47, 4)

  • Así dice Yahveh, tu redentor, el Santo de Israel. Yo, Yahveh, tu Dios, te instruyo en lo que es provechoso y te marco el camino por donde debes ir. (Isaías 48, 17)

  • Así dice Yahveh, el que rescata a Israel, el Santo suyo, a aquel cuya vida es despreciada, y es abominado de las gentes, al esclavo de los dominadores: Veránlo reyes y se pondrán en pie, príncipes y se postrarán por respeto a Yahveh, que es leal, al Santo de Israel, que te ha elegido. (Isaías 49, 7)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina